martes, 14 de diciembre de 2010

"CARICIAS" de Sergi Belbel.

Representada por Camila Ruiz y Gastón Alvarez, año 2009. En el anexo de la escuela provincial de teatro Nº 3200. Santa Fe, Santa Fe/Argentina.

(
En el centro de la sala un colchón de dos plazas. A su derecha una silla y a su izquierda una mesa pequeña en la cual apoya una guitarra. Ropa desparramada por el suelo)

ESCENA I:

Él: Qué raro...
Ella: Qué?
Él: Todo esto...
Ella: A qué te refería?
Él: No sé si te diste cuenta...
Ella: No. De qué?
Él: Tengo la sensación...
Ella: Decí...
Él: La extraña sensación...
Ella: Qué te pasa?
Él: Es como si...
Ella: Como si qué?
Él: Como si ya no...
Ella: No, qué?
Él: Como si ya no tuvieramos...
Ella: Qué?
Él: Nada que decirnos (Pausa)
Ella: Sí...
Él: Sí, qué?
Ella: Sí que tenemos algo para decirnos...
Él: Ah, sí?
Ella: Sí...
Él: Qué? (Pausa) Decí, qué?
Ella: No sé, ahora no sé...
Él: Vés? Te dás cuenta...
Ella: No. No lo veo, no me doy cuenta...
Él: No querés darte cuenta...
Ella: Pero, de qué? Vamos, a ver... de qué? decime, de qué mierda me tengo que dar cuenta, si puede saberse...
Él: Querés que te lo repita?
Ella: No, por favor. Si tenés que decir lo que ya me dijiste antes, más vale que te calles.
Él: Bueno, entonces me callo.

(Pausa)

Ella: Tenemos mucho que decirnos todavía, lo sabés perfectamente. Sé que hay cosas que pensás y te callás porque no querés decírmelas; sí, decírmelas a mí, por algún problema tuyo que ignoro, que hasta vos mismo ignorás; y eso me ofende ¿sabés? me ofende, me angustia, me duele y me duele verte así, vernos así, llenando con palabras vacías todos estos vacíos momentos de silencio; y después los insultos, tus insultos, porque es una injutia lo que terminás de decirme; me insultás, me inriás al decirme que ya no tenés nada que decirme...
Él: Perdón. Un momento...
Ella: ¡¿Por qué me interrumpís?! ¡¡Siempre me interrumpís cuando empiezo a... a construir un... un discurso mínimamente coherente que sobrepase los... los monosílabos que tanto caracterizan nuestras charlas cotidianas!! ¡Te parecés ya a mi madre; y si me fui de su casa no fue precisamente para irme a vivir con otro como ella o peor todavía! ¡¡No hay perdón ni momento que valga!! ¡¡Estaba hablando yo y seré yo quien siga hablando!! ¡A ver si empiezan a cambiar ya las cosas en esta casa de mierda, al menos en ésta!

(Él la abofetea violentamente)

Él: Cuando una persona pide perdón... se le perdona, se calla y se le escucha ¿me entendés? Y yo acabo de pedirte perdón sólo para hacer un breve inciso en tú... estupendo discurso tan explícito y coherente y voy a hacerlo ¿me oís? ¡¡Voy a hacerlo, voy a hacerlo, voy a hacerlo!!

(Él vuelve a abofetearla, aún con más violencia)

Él: No he dicho que yo ya no tenga nada que decirte ¿me oís?

(Vuelve a abofetearla, salvajemente)

Él: He dicho que ya no tenemos nada que decirnos. No yo. No vos. He dicho: nosotros.

(Silencio)

Ella: ¿Qué querés para cenar?
Él: No sé ¿qué hay?
Ella: Carne, huevos, ensalada. Puedo preparar tallarines si querés.
Él: No, no, pasta de noche no, después me cae pesado. Prefiero una ensalada de esas con muchos ingredientes y un buen postre...
Ella: Tenemos lechuga, tomate, zanahoria, choclo, aceitunas, apio, cebolla...
Él: No, no, nada de cebolla, después la repito mucho...
Ella: Sí, porque después tenés mal aliento y dejás olor en las sábanas...
Él: podemos ponerle también cachitos de manzanas y de ananá, si hay, claro...
Ella: ¡Sí! ¡Una ensalada tropical! ¡Me encanta! Pero el ananá es de lata...
Él: Es lo mismo...
Ella: Bueno, entonces, manos a la obra... ¡Huy! no sé si quedará algo para el postre...
Él: ¿No queda ningún flan?
Ella: Ay, sí, que despistada. Compré dos esta mañana. Ah, también hay yogur...
Él: Prefiero un flan...
Ella: Yo, un yogur...
Él: Yo, un flan...
Ella: Muy bien, vos te comés un flan y yo me tomo un yogur, no pasa nada...
Él: No pasa nada... ¿Te ayudo a preparar la ensalada?
Ella: Sí, así terminamos antes ¿Vamos a la cocina?
Él: Vamos...

(Se dispones a salir. Ella se detiene)

Ella: Perdón. Un momento...
Él: ¿Qué?

(Ella le pega un puñetazo en el estómago y un golpe de rodillas en los testículos. Él cae al suelo)

Ella: No hay aceite...
Él: (Dolido) Ah...
Ella: Se nos ha terminado. Vas a tener que ir a pedirle un poco a la vecina...
Él: Ah, no puedo resp...
Ella: A ver levantate, no podemos perder el tiempo con estupideces...
Él: Ah, ah...
Ella: Vamos, levantate, agarrá un vaso y mientras yo pongo la lechuga en remojo, vas y le pedís a la vecina que te lo llene de aceite de oliva. Pero que sea de oliva ¿eh? No soporto las ensaladas con aceite de girasol o de maís, son insípidas...
Él: Sos un moustruo...
Ella: Levantate ya y anda a la cocina...
Él: Sos repugnante...

(Ella le da una patada en la cara)

Ella: ¡¿Te levantás o no te levantás?!

(Ella le da otra patada en plena cara)

Ella: ¡¡¿Vas a la cocina o no vas a la cocina?!!

(Le da otra patada)

Ella: ¡¡¡¿Vas a ir a pedir aceite a la vecina o no vas a ir a pedirle aceite a la vecina?!!!

(Le da otra patada en la cara, ésta más fuerte)

Ella: ¡¡¡¡¿Querés una ensalada tropical o no querés una ensalada tropical?!!!!

(Silencio)

Él: (Más dolido) Ah...
Ella: Qué?
Él: Aah...
Ella: No entiendo lo que decís...
Él: Aaah...
Ella: Perdoná; pero si no articulás mejor...
Él: AaaaH...
Ella: ¿Querés decirme algo?
Él: Mmm... ss... sí...

Ella: ¿Ves? ¿Te das cuenta? ¿Ves como todavía tenés algo que decirme?

lunes, 26 de julio de 2010

Caprichito de arrabal (Ser lineal)

¡Que dormido! ¡Que movido!
Él reía y yo creía.
¡No! Mi queridito ser lineal;
las cosas no son tan así...
¿Y cómo son?

Algo había en tu mirada que no me agradaba
yo lo sabía, sin embargo no despertaba.
¡Adelante! Las puertas son de adorno
(escuché varias veces por ahí...
y no me resultaba mala la idea)

Algunas veces me pareció escuchar un ladrido
justo cuando me hablabas del suicidio.
Yo, tan fiel a los de cuatro patas
esas veces no supe darles atención.

¡Cuánta ira de repente!
¡Cuánta verdad sorprendida!
Falseaste tan suciamente...
¡Y yo creía y yo creía!

Hoy perdono (lo he aprendido a implementar):
Perdonar no es volver las cosas al mismo lugar.
Lo que después pueda ocurrir
simplemente, es cosa del después...
Pero el después no es cosa del destino.
Cada uno hace su camino.
Lo es sabido, lo es sabido.

Ahora bien, una preguntita:
¿Quién te crees que sos, así tan polentita?
Tu nariz se abre hacia el polvo
y por eso caminás tan bota de coronel.
Duro como si fueras un líder de la zona V...
(¡Vampiro!)

Perteneciente a los seres lineales,
que beben tanta sangre de los susceptibles.
Lo hacés bien, sin duda alguna,
pero te cuento que sin soltura
vivirás atado a tu estatura.
Rima y no me refiero a tu tamaño corporal.
Hay niveles como los tuyos que muy bajos están.

Tanta crisis que te rodea
y vos sólo pensás cómo usar un rato al otro.
Te ofrecí una mano, una amistad, un oído
y vos, ser lineal y desagradecido,
sólo supiste matar el filo.

Hasta aquí escribimos, ser lineal,
siempre serás de los que sigan la blanca linea
de tu catálogo camino.
Siempre a punto de estallar.
Quizás cambies... Quizás mejores...
¡Ya no me importa!
Au revoir.

¿A quién quiero engañar?
¿Quién soy para juzgar?
Un principito, un lobito,
un zurdito desordenado...
Sólo soy un caprichito de arrabal...

¡Convide un tiro más!

(Gastón)

lunes, 19 de julio de 2010

... ¿San Roque?


Los pasos lentos o apresurados, metiéndome por las calles de barrio San Roque. Luces amarillas, casas bajas, cuadras llenas de árboles. Veredas angostas; quizás sea por eso que tomé la costumbre de caminar por el asfalto de la calle. Hay cuadras muy solitarias y otras con demasiados murciélagos. Ya me acostumbré a ver en cantidad pero al principio me resultaba raro.
Suelo ir observando los distintos colores de los barrios… De Candioti Norte para el centro de la ciudad todo se hace mucho más blanco, obvio que por las luces. Luego, yendo más al sur se amarillenta al igual que de Candioti hacia el norte. La cantidad de árboles en las distintas zonas tiene mucho que ver con los distintos tonos de claridad… Pero no viene al caso referirme a esos temas, es sólo una descripción de mí mirar en la ciudad.
Volviendo a San Roque… Escucho cumbia santafesina por distintas cuadras -no todas- y a veces veo grupos de pibes reunidos en la puerta de algún kiosco o alguna casa, con sus características ropas futboleras luego de haber jugado algún partidito. Sin lugar a dudas, Santa Fe es una gran cuna de ese juego… sobre todo el tercer tiempo de porrones -cervezas-; las famosas peñas entre amigos y conocidos, donde también se sabe disfrutar de mucho folklore argentino.
Las zonas que rodean al conocido La Lona son poco circuladas por los santafesinos que suelen andar a pie; ya sea porque pertenecen a un grupo familiar que está considerablemente bien o muy bien económicamente; o porque sus crianzas fueron y/o son semejantes a la burguesa… Son sólo opciones, ya que para mí es por puros miedos. Miedos a los propios prejuicios; esos que se filtran como el agua misma en todas partes de la ciudad. En este lugar -ubicado entre las calles Vélez Sarfield, Pedro Colodrero, Lavalle y Calcena-, hace algunas décadas se levantaron hogares con chapas y de bajos recursos.
Estuve cinco años para saber cómo se llama el barrio en el que vivo, en el cual se encuentra La Lona. Primero me dijeron que era barrio Sargento Cabral, luego Villa María Selva; también que continuaba perteneciendo a Candioti Norte. Muchos que no son del barrio directamente lo nombran La Lona… No sabía con cual quedarme ya que ni hasta la mayoría de los vecinos sabe el propio nombre del barrio en el que viven y al que hace ocho años decidimos con Martina -la mujer que me acompaña en los días de mi vida- mudarnos. La cuestión es que un día se me ocurrió frenar en una de las casas de La Lona y preguntar. Era una casa antigua y tal vez hacía muchos años que alguien la habitaba. Después de unos aplausos que di para que salieran a atenderme, un pibito de apenas unos diez años de edad salió corriendo desde adentro de la casa. No le presté mucha atención a su edad, directamente le pregunté a él. Me dijo que éste era barrio San Roque. Atrás salió su mamá, con la que nos quedamos conversando un buen rato.
Sé que uno puede averiguar ciertos datos, yendo a la muni o a secretaría de turismo o algún otro lugar pero a esta altura de la vida ni en los mapas de la ciudad te dan datos certeros.

(Gastón)

viernes, 12 de febrero de 2010

"¡UY!"

Maquiavélico maquiavelismo: Maquiavelo… "si puedes matar a tu enemigo, hazlo; si no, hazte amigo suyo".


Fatal fatalista: Crisipo: “Todo tiene lugar según el destino


Epicúrea epicureismo: Epicuro… “El hombre debía rechazar la enseñanza de miedos y supersticiones. No había motivo para temer a los dioses porque estos, si bien existen, no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar ni para castigar, y por tanto ni su temor ni su rezo o veneración posee utilidad práctica. La muerte tampoco puede temerse, porque siendo nada, no puede ser algo para nosotros: mientras vivimos no está presente y cuando está presente nosotros no estamos ya. El dolor y el mal se evitan fácilmente porque ningún tormento dura demasiado y cuanto más intenso es menos duro.


Conocimiento empírico.